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City Hall Station: la estación fantasma más bella de Nueva York (y cómo puedes verla)

mayo 15, 2025

¿Sabías que justo debajo del bullicioso corazón de Manhattan hay una joya escondida que muy pocos turistas conocen? No hablamos de un bar secreto ni de una galería de arte alternativa, sino de una estación fantasma que parece sacada de una película de época: la City Hall Station.

Aunque hace décadas que dejó de funcionar, su elegancia intacta, sus curvas neorrománicas y su atmósfera mágica la han convertido en uno de los secretos mejor guardados del metro de Nueva York. Si eres de los que disfrutan descubriendo lugares poco convencionales cuando viajan, esto te va a encantar.


¿Qué es exactamente una estación fantasma?

Antes de entrar en materia, pongámonos en contexto. Una estación fantasma es aquella que ha quedado fuera de servicio, pero que todavía existe físicamente. No se ha demolido, no se ha reconvertido… simplemente permanece cerrada al público, como un recuerdo congelado en el tiempo.

Nueva York, con su inmenso entramado subterráneo, esconde varias. Pero ninguna tan impresionante como City Hall Station.


Una joya subterránea de 1904

La estación City Hall fue inaugurada el 27 de octubre de 1904, el mismo día en que se estrenó oficialmente el metro de Nueva York. Y no era una más: se construyó como la estación insignia del sistema, la que debía impresionar a ciudadanos y visitantes por igual.

Y vaya si lo consiguió. Sus techos de azulejos curvados diseñados por el arquitecto valenciano Rafael Guastavino, sus candelabros elegantes y sus claraboyas con luz natural la convirtieron en una obra de arte funcional. Un espacio más digno de una catedral que de una parada de metro.


¿Por qué se cerró entonces?

Paradójicamente, fue su belleza la que la condenó al olvido. Con el paso del tiempo, los trenes fueron modernizándose, más largos, más veloces, más prácticos… y City Hall, con su curva pronunciada, ya no resultaba adecuada.

Así que en 1945, tras más de 40 años de servicio, se tomó la decisión de cerrarla definitivamente. Desde entonces, permanece sellada, suspendida en el tiempo… pero no del todo inaccesible.


¿Se puede visitar hoy?

Sí. Y no.
Vamos por partes:

Opción Cómo hacerlo
🚇 Opción 1: verla desde el tren La forma más sencilla de echarle un vistazo es quedarte dentro del tren de la línea 6 después de su última parada en Brooklyn Bridge – City Hall. En lugar de bajarte, el convoy da la vuelta en una especie de circuito subterráneo que pasa justo por la antigua estación de City Hall. No se detiene, pero la atraviesa lo bastante despacio como para ver parte de su interior.
👉 Consejo: colócate cerca de las ventanas y estate atento, porque la magia ocurre en apenas unos segundos.
🕵️‍♀️ Opción 2: tours privados Otra alternativa es apuntarte a uno de los tours organizados por la New York Transit Museum, que en ocasiones especiales abre la estación al público en visitas guiadas. Eso sí, no es algo que ocurra todos los días: hay que estar pendiente de las fechas, apuntarse con antelación y… tener un poco de suerte. Val e completamente la pena si te fascinan los lugares con historia, las construcciones olvidadas y los tesoros urbanos escondidos.

¿Por qué nos atraen tanto estos lugares ocultos?

Hay algo irresistible en los sitios abandonados o secretos. Tal vez sea porque nos hacen sentir exploradores, como si estuviéramos descubriendo algo que no todo el mundo conoce. O porque, en plena era digital donde todo está a la vista, lo oculto todavía guarda un misterio especial.

City Hall Station no es solo una estación abandonada. Es un viaje en el tiempo, un rincón que nos recuerda cómo era el Nueva York de principios del siglo XX, lleno de aspiraciones, detalles arquitectónicos cuidados y una ambición por impresionar con cada obra pública.


Si visitas Nueva York… no te quedes solo en la superficie. Está claro que Nueva York tiene infinitos planes y rincones para descubrir. Pero si te apetece salirte del guion turístico clásico y vivir una experiencia diferente, anímate a buscar esta estación fantasma.

Ya sea desde el vagón del tren o a través de un tour privado, lo cierto es que pocas experiencias son tan únicas como asomarte a un trozo olvidado (y bellísimo) de la historia de la ciudad.

✈️ ¿Listo para descubrir la estación fantasma más bonita de Nueva York?

Empieza a planear tu visita y, sobre todo, no te bajes en la última parada de la línea 6. La verdadera joya está justo después.

Ruteo
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